Historia de Aranda de Duero

          Ciudad alegre y laboriosa, Aranda se halla situada estratégicamente a menos de una hora de Burgos y muy cerca también de Segovia, Soria, Valladolid y Madrid.
           Capital de la comarca ribereña del Duero, Aranda se convierte así en el punto de encuentro perfecto para que Vd. pueda viajar a través del tiempo, saboreando el placer de un patrimonio excepcional, rodeado por un paisaje ondulado y sugerente de vides y bodegas.
           Salvo breves periodos de su historia, como el protagonizado por Juana de Portugal, esposa del rey Enrique IV, Aranda de Duero fue villa realenga. Un privilegio que defendió con coraje y del que siempre se sintió orgullosa.
           Abierta al mundo, cruce de caminos y morada de pasajeros que circulaban por sus caminos y veredas de norte a sur y de este a oeste, la ciudad era referencia para el viajero y punto de encuentro para los visitantes que llenaban la ciudad durante los días de feria o de mercado. Un rasgo que le dio carácter y que llenó sus calles y plazas de figones, posadas y mesones.
           Una pujante actividad mercantil que atrajo a no pocas familias nobiliarias, congregaciones religiosas, mercaderes… que dejaron huella en sus casas y palacios de piedra en medio de un horizonte, hoy en buena parte perdido, de humildes casas de adobe.

          El Duero atraviesa Aranda, la recorre, la baña, la inunda con sus aguas de cambiantes reflejos y la secciona en dos, la de aquí, el Aquendeduero, y la de allí, el Allendeduero. La presencia del río da sentido a la ciudad. Fue la causa primordial de su nacimiento y ha sido el argumento principal de su historia.
          Por eso es tan importante el puente sobre el río Duero en Aranda. Sus piedras enlazan la ciudad salvando el cauce del río y sus arcos acercan barrios, ciudades, territorios, voluntades. Por él cruzaron soldados, colonos, mercaderes, rebaños de ovejas, transeúntes hambrientos y cansados.
          Una eventualidad que no le pasó inadvertida al poeta Rafael Alberti, que cantó al puente – y a sus barandas – en su poemario “La amante”.
          Por el puente de Aranda, dice también la canción popular que se tiró “el tío Juanillo”; se tiró, se tiró, pero no se mató.

          El vino es el elemento constitutivo de las palabras y obras de Aranda... Miles de hectáreas de viñedo dan un caldo generoso que es, en principio, medio y fin de cuanto se emprende en la Ribera y que acude a la sola palabra ribereño.
          El plato fuerte de la gastronomía de Aranda es el lechazo asado asado en horno de leña y en cazuela de barro, a fuego lento, partido en cuartos, dejándole tostar en su propia sustancia...

          "La Rosa en el Palo Verde. Antiguamente, la bailaba una cuadrilla con ocho danzantes con su zarragón al frente, el día 3 de mayo, festividad de la Invención de la Santa Cruz, bailando delante de la imagen en la procesión que salía de la ermita de San Isidro. Según tradición esta danza data de principios del siglo XIX. La indumentaria que vestía este grupo era la típica de los danzantes de muchos pueblos de la Ribera: camisa y enaguas blancas, con gran cantidad de cintas multicolores pendientes de los hombros y cayendo por la espalda"

          En el año 2014 se celebró la Muestra "Las Edades del Hombre" bajo el título "Eucharistía".
          En el banner tenéis una retrospectiva de lo que fué la exposición.